La trama rusa no deja de crecer. El espionaje militar ruso lanzó un ataque a gran escala contra el sistema electoral de Estados Unidos. La ofensiva, basada en el hackeo de cuentas y la intrusión en ordenadores, duró meses y se mantuvo hasta los días finales de los comicios. Más de 122 funcionarios electorales, así como compañías de servicios y al menos un computador sensible fueron blanco del Kremlin. Así lo establece un informe secreto de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), fechado el pasado 5 de mayo y que ha sido destapado por la publicación digital The Intercept.
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