El sondeo a pie de urna indica esta noche que Theresa May volverá al número 10 de Downing Street debilitada. La primera ministra y candidata conservadora iba camino de imponerse en unas elecciones de las que, sin embargo, no saldrá ilesa. La campaña ha mostrado las debilidades del liderazgo y el proyecto de la persona que, de confirmarse al concluir el recuento esta mañana, deberá iniciar dentro de 10 días las negociaciones para romper con la UE. Esa será la prioridad del Gobierno que salga del Parlamento que eligieron ayer los británicos. Pero le esperan también otros frentes. Entre ellos, la seguridad nacional amenazada por el terrorismo islamista, las tensiones territoriales encarnadas en el desafío independentista escocés y, en fin, sacar al país esta etapa de excepcionalidad política en la que sigue instalado.
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