Ni el sol que pegaba fuerte a principios de junio en el enorme parque de cemento del Fòrum de Barcelona hacía desistir a grupos de turistas que se habían quedado sin entrada de hacerse con un pase para la última noche del Primavera Sound. Un mes antes de que arrancara el festival, la organización ya había colgado el cartel de agotado. Algunos se dirigían con sigilo a quienes estaban a punto de pasar el control. Otros, más descarados, llevan pancartas en las que se anuncian como compradores. Y el Primavera Sound solo era el arranque de un verano repleto de citas. En España cada año se celebran unos 850 festivales. Solo los diez más grandes arrastran a más de 1,6 millones de personas y tienen un impacto económico, según estiman sus organizadores, de 400,5 millones de euros. Sin embargo, la proliferación de festivales en casi cualquier rincón de España hace que algunos promotores planteen que existe burbuja en este sector.
from Portada de EL PAÍS http://ift.tt/2rG9Wka