La madre pasó por delante de las cámaras tras recibir la noticia. Su hijo de 27 años había muerto asesinado a tiros mientras se divertía en un bar. Junto con él, otras 11 personas. Susan Orfanos se paró delante de una televisión local de Los Ángeles y entre lágrimas dijo: “No quiero más plegarias. No quiero pensamientos. Quiero control de armas. Espero por Dios que nadie me envíe más plegarias. ¡No más armas!”.
from Portada de EL PAÍS https://ift.tt/2FeIAO4
Anuncios